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los, cuando de pronto se incorpora diciendo: =Es- ¡OY 35360 pr. <= 3 - e xi q A E ; tt canónigo de Búftalo me ha hecho esta gracia.» Se confesó no obstante, y a poca va na Juan Vicini de Marino sulria ciática, reconocido por los médicos como incurable... pero abtuva la curación poniéndose en contacto con un rosario que habia tocado el cuerpo del Beato. Sabido es los estragos que hizo el cólera de 1867 en Albano... Fué atacado de este mal Agustin Pianchi... Creyéndosele muerto se le amortajó; yá iba a ser conducido al cementerio, cuando una hija suya como de dos años se asió del cadáver del pa- dre, diciendo: «Dejad aquí a mi padre porque no está muerto, dadle la reliquia del Venerable Canó- nigo de Búfalo y veréis que vive...» Un misionero reparando en la misteriosa ocu- rrencia de la niña puso en la boca abierta de Agus- tín un pedacito de camisa del Venerable y sacudió ligeramente la cabeza de Agustin... Caso sorpren- dente: el que era cadáver abrió los ojos y dando un hondo suspiro, como quien desea descansar de una larga fatiga, dijo: «He llegado a las puertas de la eternidad y no han querido abrirme». Intentó levantarse, pero por precaución se le obligó a guardar cama por tres días, pasados los cuales se fué al campo a trabajar. También se refiere que el conde Lorenzo Sode- rini padecía de una hernia que se le había inflamado a consecuencia de un esfuerzo... Con sólo aplicarse

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