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mar como suyo... (1) «La autoridad justa y educada tiene por honor y como un ejercicio de reyes el respeto a todos los derechos» (2). César Cantú dijo con entera verdad, que no era lo mismo justicia y legalidad. Bienaventurado el superior y el hombre que tenga hambre y sed de justicia... De ea sed inextinguible vivía Gaspar... Toda su vida fué un canto a la justicia y al respeto debido del prójimo... La justicia rectifica todas las demás virtudes... El varón justo dá primeramente a Dios lo que en razón de soberano se le debe... Cumplir tudo deber y estimular a su cumplimiento a los demás, es una obra de justicia acabada... Gaspar amaba a Dios y todo para Dios... Si amaba su vida y su Congregación, era para mejor cumplir el deber que tenía de procurar la gloria di- vina... Como cristiano y como sacerdote, como misionero y como fundador tenía delante la brújula del deber sobre el rubí de la justicia. Era justo que amara y defendiera su familia y que amara y defendiera su Congregación, por eso algunos actos de su vida que parecerían menos abnegados obedecen a este deber... No se trataba de su persona sino de su obra... y obra de Dios. Era justo para saber agradecer los favores que recibía y cuando el agradecimiento tenía barreras, en la imposibilidad material procuraba suplirlo con las preces de gratitud que era su mejor limosna. (1) ¿Justitiam quid dicam esse nisi virtutem qua sua cuique tribuun- tur? San Agustín. De Lib. Arb. lib. 2 c. 13, , (2) Véase nuestro libro citado, parte 2.* cap. VI, entodo el capítulo.
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