BCCPAM000R09-1-22000000000000

— 299 — bien encajaría en el fundador de la Congregación de Misioneros de ¡a Preciosa Sangre todo lo ata. ñedero a la propagación de los misterios del Cuerpo y Sangre consagrados en el altar! kx** Pero a esta fé viva y entusiasta por todo lo que supone religión, unía el Beato una esperanza que le confortaba en las duras luchas de la vida. La esperanza diluía el espíritu de Gaspar en la paz de las cosas eternas... Mientras las cosas temporales cambiaban en movible oleaje, su alma reposaba en la palabra inconmovible de Dios... La fé daba a sus visiones la sútil agudeza para mirar las cosas en su justeza, libres de la herrumbre terrenal; pero la esperanza idealizaba sus sentimientos con la vis- lumbre lejana de un porvenir seguro para el que trabaja por la gloria de Dios... Las cosas de la tie- rra ibansele quedando a distancia según se acerca- ba él a Dios, y la esperanza es la que resucitaba en su ánimo los recuerdos divinos afianzándole en las promesas adorables. ¡Paraíso! ¡Paraíso! Era su frase favorita... La alegría que le inspiraba esto no era cautiva del olcaje de las cosas, como las alegrías que inspira la tierra. ¿En qué consiste la alegre felicidad? En espe- rar eu Dios que nunca falla... Las alegrías de acá abajo son las chispas del oleaje fosforescente del mar... Las alegrías que motiva la esperanza cristia- na, no se parecen a otra cosa que a una perenne

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz