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- ia Unción; luego, con la seguridad de la muerte cerca- na, hizo su testamento espiritual, que sólo podía salir de un alma hecha ascua de amor de Dios y de celo por la salvación del prójimo...» A poco llegó el Párroco y le ungió con el óleo santo. Gaspar, siempre consciente, presente y aten- to a lo que realizaba, acompañó él mismo las pre- ces litúrgicas y al terminarse el acto, exclamó: «Ahora estoy contento». Supo Merlini que el bienaventurado fundador había formulado su testamento y que disponía que fuese enterrado en la iglesia de San Teodoro, en Campo Vaccino, donde existia una Congregación, a la que Gaspar pertenecía. Campo Vaccino es el antiguo foro romano después de la destrucción y desaparición de los monumetos que lo cubrían... Tomó el nombre Vaccino el antiguo campo atra- vesado por una avenida de árboles, porque servía de mercado de ganado... Después de las excavacio- nes realizadas allí en el siglo xix recobró el nombre de Foro romano (1). El que Gaspar escogiera aquel lugar para su enterramiento no podía causar buena impresión en sus hijos, ni podía ocultársele esto a él; pero cree- mos que esta resolución la tomó por evitar honras y veneración popular que, naturalmente, sus hijos habían de promover a los restos de su Fundador y Padre... La Congregación reclamaba los derechos (1) El aspecto pintoresco del campo Vaccino sirvió de asunto a mu- chos pintores, entre ellos Claudio Lorraín, Huberto Robert, Perignon, etc.
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