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— 282— aquella llaga del costado fuente principal de donde mana el río deleitoso de la Preciosa Sangre!... Se avisó seguidamente a Merlini para que vi- niese a Roma si quería ver por última vez a Gas- par. «Marché, al instante, dice el mismo Merlini, y le encontré en cama, en quietud tranquila, lleno de resignación, como si nada le pasara. Quería ocultar su mal, a fin de que no se dieran cuenta de sus su- frimientos. Yo me puse algo triste, como era natu- ral, y él me dijo que me había vuelto niño y que tornase a Albano, aunque luego me permitió que- darme allí. Le pregunté algunas cosas del Instituto, y me contestó a todo con mucho desinterés, como quien se halla muy despegado de la tierra.» Por la tarde le visitó el cardenal Franzoni. Visita que le confundió mucho por la dignación de tan alta personalidad... Al siguiente día pidió otra vez el Santo Viático y mostró deseos de recibir la Extrema-Unción. Merlini celebró la Misa y se avisó al Párroco. En este intervalo volvió el venerable Palloti, quien re- lata en los Procesos su entrevista del siguiente modo: «Llegado a la puerta de la habitación me abrió el que le había asistido de noche y lleno de admiración me dijo exclamando: «¡Oh qué gran Santo! ¡Qué conformidad! Ha pasado toda la noche en oración, repitiendo versos de la Sagrada Escri- tura.» «Entré en su alcoba; me acerqué al enfermo; le ví en estado gravísimo; le reconcilié como pre- paración para recibir el Sacramento de la Extrema- IAN SI MES ROS ZE cp
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