BCCPAM000R09-1-22000000000000
— 213— ció todo peligro... Allí no hubo de lamentarse nin- gún ctro accidente colérico... Es verdad que a veces hasta el deseo de sus siervos escucha el Señor... Despidió Gaspar sus últimos reverberos reco- mendando la devoción favorita de su alma: la Pre- ciosa Sangre... Predicad, inculcad, decía, la devo- ción a la Preciosa Sangre... Quisiera ver establecida en Roma esta piadosa devoción «en todo el año; hasta ahora sólo la hay por ocho meses... El rumor de lo eterno sonaba fuertemente en su corazón... Hizo el arreglo y limpieza de cartas y papeles... Firmó la última visita en Albano a donde le aconsejaron llegara para respirar aires sanos, pero él sentía circular por sus venas el aire de la eternidad... Era el mes de Noviembre, de recuerdos crepusculares, de ocasos, de muertes... —Conservad todo así, como os lo dejo, decía a sus hijos. —Y a no digo más... De día le atormentaba el frío, de noche le abra- saba una sed terrible que no la quería satisfacer por no privarse del consuelo de celebrar la Santa Misa. Rezaba a ratos, a ratos escribia alguna cosa... Trataba de ocultar la gravedad de su mal... Enamorado de su Congregación, exclamaba: «Echese en olvido mi diestra, si no me acordare de tí, Congregación de la Preciosa Sangre...» Y al de- cirlo se descubría reverentemente. Resignado, abnegado, consolado en la voluntad
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz