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— 261— canónica de la Regla. Quiso tratar este asunto con el cardenal Odescalchi, quien con fecha de 20 de Abril contestaba lo siguiente: «Hace ya ocho dias que hablé con S. S. de su Instituto, y siento decir- le que el Papa está muy mal impresionado y preve- nido en contra... Si Pío VII tomaba la cosa a la li- gera, Gregorio XVI está seriamente disgustado. Me aseguró que también León XH pensaba asi. Es el tercer Pontífice desfavorable a la obfa. Esto me mortificaría hondamente si la obra fuese mía. El Papa es contrario a la misma base del Instituto; juzga ignorantes a los miembros que lo componen y cree reproblable la conducta de algunos de ellos. No quiere se hable de Reglas por ahora»... ¿Qué decir del contenido de esta respuesta? No bastaba ella sola para abatir las alas de todo entu- siasmo y decidir la supresión del Instituto?... Des- garramiento profundo causó al corazón de Gaspar dicha carta. A no conocer la voluntad de Dios y a no ser tan pura y diáfana su intención optaria desde luego por retirarse a un rincón cualquiera, abando- nando su empresa. De una plumada se derrumbaba casi todo el trabajo ciclópeo de veinte años de fati- gas. ¿A qué obedecía el pesimismo que reflejaba Odescalchi? ¿Qué fundamento ponía el Papa a sus prevenciones? ¿En qué consistía la base misma del Instituto que disgustaba a Gregorio XVI? Para los que saben leer y aprender en la histo- ria ¡qué lección de cosas hay en todo esto! Quisié- ramos que nuestros trabajos y empresas, de más o