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— A fines de Octubre pudo obtener del Papa el permiso solicitado para volver a Giano y a sus pre- dilectos ministerios. Lo que gozó Gaspar con esta resolución se deja comprender fácilmente, y por eso le vemos todavía en los años 1827, 1828 y 1829, dando nada menos que 22 Misiones, recogiendo por doquiera copioso fruto y gran cosecha de con- versiones de almas. k*x* En Febrero de 1829 moría León XII, después de un pontificado que le mereció renombre de Papa de grandes virtudes y de actividad notabilísima. El condenó las sociedades secretas, y trató de es- tirpar el bandidaje de algunos dominios pontificios. Queremos registrar, a título de curiosidad, lo que se cuenta de su epitafio escrito de su puño y letra. Monseñor Gasparini era su Secretario de cartas latinas, y una tarde, después de haber despachado sus asuntos, le dijo el Papa: —Tengo que pediros un favor que Os agrade- deceré muchísimo. —Vuestra Santidad sólo debe mandarme, le respondió el Secretario. —Es esto, prosiguió el Papa, presentándole un papel. He escrito mi epitafio y os quedaría muy obligado si quisiérais corregirlo, reduciéndo!o a un estilo propio. —Cualquiera otra orden antes que ésta, dijo