BCCPAM000R09-1-22000000000000

$ ay A 10h A A A e Mc — 238— Levantóse el Papa de su sillón, entre cariñoso y afectado, y abrazando al Beato le dijo: <Com- prendo ahora que teneis muchos enemigos, pero no temais. León XII está de vuestra parte...> La causa estaba ganada por Gaspar. Al despedirse del Papa dijo éste a los que le rodeaban: «El canónigo del Búfalo es un ángel...» Más tarde quiso enterarse si «Gaspar salió con- tento de la audiencia...» Nuestros lectores se habrán figurado que sí por la victoria alcanzada para su Congregación... Así era en efecto; pero tenemos que consignar, que en medio del mismo inefable triunfo se le había lanza- do otro lazo. Contra la voluntad del Papa, las palabras que acababa de pronunciar habían de originar otra em.- boscada. Los enemigos de Gaspar, al ver al Papa tan de su parte y como lo elogiaba, hicieron coro de ala- banzas... ¿Quien pudiera creer que en una tan su- blime alabanza y en medio de aquel coro de elogia- dores se ocultase tal vez el mayor peligro? Fué el caso, que no habiendo podido dichos enemigos negociar su ruina por empleo de calum- nias, idearon llegar a su fin por el empleo de reco- mendaciónes y loas... Decían, pues, que un hombre de tales condiciones, revestido de tan apreciables prendas, podría dar mayor gloria a Dios y a la Igle- sia ocupado en asuntos y negocios que reclamasen habilidad y dotes, que no sumido en el ministerio

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz