BCCPAM000R09-1-22000000000000

RAMA CADA A o efectos desagradables. No pierdo por eso la debida resignación a la voluntad de Dios, porque la Reli- gión y la fe me sugieren estas virtudes. V. tiene la obligación, y Dios es con V., de dar a conocer a Su Santidad que las cosas exigen examen pacífico y conocimiento práctico tanto como teórico. Todos los Santos nos dicen así, ni es nuevo en la Iglesia que se haya desaprobado a primera vista alguna obra de Dios, pero después, el tiempo venía a co- rrer el velo para que reconociese ser verdadera- mente divina o inspirada por Dios mismo... Si el asunto terminase en mí solamente, no le proporcio- naría la molestia de leer la presente, pero trátase de cosa gravísima que nos presenta como falsarios, impostores, adoptando un título que la Santa Sede reprueba o no reconoce como aceptable. Por el cariño que tengo al Pontífice creo conveniente ex- poner los siguientes puntos: 1. Que el Papa Pio VII erigió una Archicofradía bajo el título de la Precio- sa Sangre, como consta en los Breves apostó!icos. Ya Sixto V la había erigido en Ferrara, y por tánto, en la Iglesia no era cosa nueva (1). 2.” Que tal Archicofradía debe tener sus propagadores dedúce- se de sus mismas Constituciones. 3. Que la Con- gregación de Ritos haya otorgado a nuestros mi- sioneros muchos privilegios es un hecho recono- (1) Recuérdese lo que llevamos dicho en el capítulo anterior. Desde tiempos remotos se rezaba en el reino de Valencia un antiguo Oficio de la Sangre de Cristo. El mismo que fué adoptado por los capuchinos cuando el fundador de su Provincia les dió, como titular, la Sangre purísima de Jesús,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz