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- 221— dos y tenían poco amor al Gobierno...» Ya hemos visto de qué modo se portaba Gaspar en este terre- no y no parecía tener ni asomos de viabilidad una imputación semejante. Sin embargo, León XIl, par- ticipó de la misma idea y así se lo notificó al Bea- to... Este escribió a Cristaldi con fecha del 22 de Enero de 1825, en los siguientes términos: «<Mon- señor mío muy apreciado: Le ruego en primer tér- mino que en los asuntos de la Congregación nunca sea yo nombrado... Contesto a las acusaciones, no porque crea a mis compañeros impecables, sino por honor a la justicia. Quien así nos acusa en Roma, ¿habrá oído alguna vez las Catequesis en nuestras iglesias? Gran vicio son en esta provincia los anónimos; por eso no hay que darles mayor importancia. V. sabe que en esta diócesis son casos reservados. En cuanto a la timidez, yo encuentro a mis compañeros con mucho ánimo; viajan con solo el Crucifijo en estos sitios tan peligrosos. ¿Y del acatamiento al Gobierno, qué diré? Ellos dejan sus familias, sus bienes y se sacrifican en catequizar a los ignorantes. ¿Quién no vé la transformación Obrada en estos pueblos? Comprendo que no se ha hecho todo, pero con la gracia de Dios, esta pro- vincia será en breve un jardín de la Iglesia del Se- ñor. Si V. S. quiere otras informaciones, aquí estoy para obedecer. Para mayor acierto, diga al Pon- tífice que mando una carta circular a todos mis compañeros, a fin de animarlos más y más al trabajo.» 16