BCCPAM000R09-1-22000000000000

IR Ni 8 | 5197 04Ne A N . B AREA SALTA ta IE FIG ER ADUANA — 216— denciales.de más lejano abolengo, puesto que co- nocemos la historia del Santo Arzobispo y Virrey de Valencia, que parece no dejar la palma en este asunto a ninguno otro apóstol. El mismo P. Faber, que cita en su obra «La Preciosa Sangre», a la Congregación de Misione- ros, fundada por Gaspar del Búfalo, confiesa que le fué imposible determinar de una manera conclu- yente el nacimiento y génesis de las Cofradías de la Preciosa Sangre, mas no deja de reconocer que su existencia en la nación española remóntase al siglo XvI, puesto que en Valencia misma y en la calle de San Vicente había una cofradía con ese tí- tulo desde el año 1601 (1)... Me ha inducido a ex- poner este detalle sobre la devoción a la Preciosa Sangre el deseo de que se tenga más exacto cono- (1) No resistimos al deseo de acotar aquí un párrafo debido a la pluma del P. Agustin de Albocacer y publicado en «Florecillas» en Junio de 1915. En los últimos años del siglo XVI se introdujo en nuestra patria la Re- forma Capuchina que hacía tiempo se había establecido canónicamente en Italia. Gobernaba entonces la Sede Valentina D. Juan de Ribera al que más tarde la Iglesia habia de elevar a los altares. El santo Arzobispo, con el fin de preservar a la grey que se le había confiado de los errores del protestantismo... pensó en llevar a ella una Orden religiosa cuyos indivi- duos fuesen apóstoles de la palabra y del buen ejemplo... Por conducto del Beato Nicolás Factor tenía noticias el arzobispo y virrey de Valencia de que en Cataluña se habían fundado hacía poco varios conventos de ca- puchinos. Puesto en relación con los Superiores de la naciente institución y vencidas las dificultades con que el espiritu maligno intentaba oponerse a su proyecto, tuvo el Beato Ribera el consuelo de fundar la Provincia de Capuchinos de Valencia y como a su obra favorita el Colegio le dió el tí- tulo de+Corpus Christi a la otra obra también predilecta de su cora- zón la denominó de la Sangre de Cristo... Con el sello y escudo de no- bleza le dió la imagen de Cristo Crucificado manando de sus cinco llagas otras tantas fuentes de sangre y postrado a sus pies un religioso capuchi- no, con la inscripción: «Lavit nos in Sanguine suo».

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz