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¡ | y + $ il b ll 1 Í qye FR A AS A . : > A A ATAN Arcángel San Rafael no me hubiera advertido que el Santo Sacrificio debía acabarse, me la hubiera bebido toda... En otras ocasiones los ángeles lleva- ban la partícula de la Hostia consagrada que yo había depositado en el cáliz en la fracción de la Hostia, según el rito de la Santa Iglesia.» «La Beata Angela de Foligno vió en un éxtasis que nuestro Señor abrazaba a cierto número de religiosos franciscanos y los estrechaba firmemente contra su abierto corazón y unía tanto los labios de aquellos con su pecho que quedaban teñidos con su sangre, unos ligeramente, otros de una manera más pronunciada y algunos quedaban con la boca completamente enrojecida». Aquí viene como ani- lo al dedo recordar lo que en tal ocasión dijo el Señor a la venturosa Angela; «díjole que aquellos religiosos estaban destinados a predicar sus miste- rios a los hombres y que las enseñanzas evangélicas no llegan con virtud salvadora a los corazones, si no han pasado por labios enrojecidos con su Sangre preciosísima.... Ved ahí un estímulo sublime para que todo misionero sea enamorado, amante y con- templativo de los tesoros de la Sangre Redentora. Ved ahí una comprobación de lo que el mismo Beato del-Búfalo dijo, como queda anotado, a cier- to sacerdote que pensaba surcar los mares para evangelizar tierras de infidelidad. Ved ahí el gran arcano de la eficacia de la palabra del Apóstol de la Preciosa Sangre... ¿Por qué no habiamos de ser también nosotros tan entusiastas y devotos de este