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pa Ñ ÓN E! ' Ñl H a ta 0 . a RA = MU merced a las súplicas que de todas partes se diri- gieron al Papa. Mas apesar de las durísimas leyes y asperísimas represalias, crecían cada día los «sin oficio», gente que vive de maleficios y del río re- vuelto, en tanto grado que hasta en el centro y co- razón mismo de las localidades y ciudades, se per- petraban atroces y escandalosos latrocinios. Así las cosas, Mons. Cristaldi juzgó a su vez ha- ber encontrado un medio de regeneración y eleva- ción moral de aquella gente, no por imperio de la ley que se despreciaba o se desestimaba, sino por arte de una educación meditada y transmitida pa- cientemente. Para esto puso los ojos en la Congre- gación de la Preciosa Sangre y expuso al Padre Santo su proyecto, ponderando el estado deprava- do de las provincias marítimas, y la Compañía, efec- to de su falta absoluta de cultura religiosa. Las Mi- siones no aisladas y en oasis, sino permanentes y contínuas, podrían utilizarse a este fin con éxito grande... El secreto estaba en escoger al hombre de Dios para la dirección de esta empresa, y para Cris- taldi el hombre más hábil y capacitado para esta campaña era Gaspar del Búfalo, verdaderamente prodigioso como se comprueba por su laboriosa historia. Este apóstol que había ya fundado otras Casas, podía también establecer en este sector de los dominios pontificios seis más en el distrito de Fronsinone. Cada residencia tendría cinco misio- neros ayudados por otros sacerdotes... La cuestión económica, que nunca debe olvidarse en estas

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