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HA El frágil vaso del corazón que tan fácilmente se quiebra dejando correr a riego libre el licor que contiene, halla no pequeño remedio de fortaleza en aquellas «realidades vivas», como podía llamarse a la confesión y comunión frecuentes, El Beato tenía el intento de provocar en los jóvenes Luises, que así debieron llamarse, una reacción moral, animán- dolos a la imitación del ángel de Gonzaga, por me- dio de la mortificación y la oración... Si las ideas resuenan con más estrépito que el cañón... Si de una idea se forma un ideal... la Asociación para los jóvenes, fundada por el Beato Gaspar del Bútfalo, debía tener una resonancia poderosa y una reper- cusión múltiple a través de la historia... ¡El ideal de los Luises! ¿Quiere decírsenos dónde está su primitivo origen y dónde llega su onda de influen- ciación? Ni se detuvo aquí el plan reformador del gran Apóstol. Todavía tenía nuevos recursos de reforma- ción y de aliento en el tesoro de la Preciosa San- gre. La juventud femenina... Ese búcaro de flores cristianas teñidas con el rosado esplendor del Calva- rio ocupó igualmente su apóstolico celo. Para ellas fundó otra cuarta Congregación, llamada a desen- volver los gérmenes de espiritual provecho que en el corazón de las Hijas de María depositara la fe y la Religión... Si el corazón de todo joven es un mis- terio, el corazón de la joven es un misterio profun- do... De él puede brotar como de una ánfora llena de aromas y de licor de vida el desvanecimiento o la