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e Dios. No nos detendremos ahora en este detalle, dejándolo para más adelante... XK ** No queremos dejar de la mano este asunto sin reparar en un aspecto altamente interesante de su actuación en lo que hace a los remedios para la perseverancia y mejoramiento de los hombres. Nos referimos a los Oratorios nocturnos cuya utilidad salta a la vista y la expone el bienaventurado Gas- par con las siguientes palabras: «Apartan a tantos y tantos de las ocasiones y peligros que no pueden contarse... Dan ocasión a muchos hombres para confesarse, que de día no pueden o no quieren ha- cerlo; y, además, ¡oh! cuánto se glorifica a Dios en esta soledad nocturna!,. Por eso, añadía, debe ser incansable la industriosa caridad de los ministros del Evangelio». Exponer el alcance de los Oratorios nocturnos requeriría un estudio amplio que no encaja en esta corta biografía, pero tampoco debemos pasarlo tan de alto, que no demos una nota sobre su importan- cia. Los grandes talentos apostólicos están por lo común dotados de una sensibilidad exquisita; reci- ben impresiones vivas que ejercen notable influen- cia sobre el curso de su vidá. 5u entendimiento afilado por estas impresiones penetra en el compli- cado conjunto de problemas de la humanidad, y busca y encuentra remedios hábiles para combatir el mal. Yo no se si el mal del hombre es la irreli-