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— 139— nombre de todos, repitiéndolo el pueblo en voz más baja. Para eso los niños deben presentarse en el presbiterio o en otro lugar visible. En algunos puntos se hace también la bendición de los niños «magno cum efectu». El misionero reune a todos los de la parroquia o lugar delante de una estatua del Niño Jesús; les habla sencilla- mente de la bondad y cariño del divino Infante y en seguida un niño preparado, hace la consagra- ción de todos, terminada la cual, el misionero ben- dice, según el ritual, a todos los niños... A esto si- gue una breve alocución a Jos padres... Todo esto tiene lugar en el día de la Comunión general de los niños. Lo dicho, creemos que debe constituir lo esen- cial de nuestros métodos; mas no por eso preten- demos condenar otros procedimientos más o menos racionales y eficaces, según los tiempos, lugares y personas que intervengan (1). Es costumbre muy piadosa celebrar al fin de la misión una función pro defunctis con sermón, referente al acto, y la co- locación de la Cruz misional como recuerdo salu- (1) Alguna vez hemos visto indecisos a misioneros jóvenes sobre las materias que deberian tratarse por separado a los niños, jóvenes, mujeres y hombres... Juzgamos que a los primeros debe explicárseles el modo de orar, la Comunión... la Misa, devoción a la Virgen... «Aversión al pecado y la mala condición de la mentira. A las jóvenes: pureza, modestia, amis- tades ligeras, peligro de lecturas novelescas... A los jóvenes... peligros de la juventud, las malas Jecturas, la compañía de indiferentes e incrédulos... A las mujeres: respeto y caridad al marido; educación de los hijos...; el buen ejemplo en casa... A los hombres... Responsabilidad en lo que atañe al cuidado de los hijos. Providencia que debe tener con la mujer y los hijos... El juego, trabajo, santificación de las fiestas, el rezo común, etc. SAA 14 q4 m8) A

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