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— 105— Cristaldi, quien siempre fiel y como mandatario de una autoridad superior, no abandonó nunca a Gas- par. Ambos a dos, unidos en la oración y en la constancia, vencieron todos los obstáculos, aun los que vinieron por donde menos se podía esperar, del mismo Bonamni, a quien el Beato tanto distin- guía, pero cuyo fracaso no pudo evitar por dispo- sición del cielo. Las cartas que tanto Gaspar como Cristaldi es- cribieron a Bonanni, respiran en cada línea vehe- mente deseo de asociarlo de nuevo a sus planes. Al fin, en el mes de Julio, cedía aquel varón, y con fecha del 5 del mismo, comunicaba el Beato a Cristaldi su triunfo en la siguiente forma: «No nos cansemos nunca de trabajar por la gloria de Dios y bien de las almas. Ayer por la tar- de tuve una larga entrevista con el Dr. Cayetano Bonanni... Él está dispuesto a ejecutar todo lo que le mande el Vicario de Jesucristo...» En el resto de la carta trata del modo de reunir obreros y del Reglamento de la nueva Comu- nidad. Ordenado todo, quiso Gaspar presentarse a una audiencia Pontificia acompañado de Bonanni, a fin de recibir la bendición de Pío VII antes de salir para Giano. El Pontífice les llamó en la mañana del 26 de Julio, y quiso que asistieran ambos a su misa. Lue- go que la hubo terminado habló con ellos, les dió sus instrucciones, les animó, les otorgó varias gra-
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