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— 102— Félix a los intentos de Gaspar, señalando uma pen- sión anual de 300 escudos para la fundación. Ya estamos, no solamente en la aurora de la nueva Congregación, sino en su amanecer y apari- cion radiante. La humildad del Beato no quiso que aquella do- nación se hiciese a su persona, sino a nombre de Bonanni; y esta es la razón porqué la concesión fué hecha a nombre de éste y de sus compañeros. Mas las trazas de Dios, eran llevar a Gaspar a ocupar su puesto de fundador, y por eso, al avisársele a Bonanni que se apresurase a tomar posesión de la casa fundacional, ocurrió lo que sabemos por reve- lación de monseñor Pillani, obispo de Terracina. Este ¡lustre personaje renunció la mitra y se re- tiró en 1853 a la Congregación de la Preciosa Sangre, y dándonos cuenta del suceso que descri- bimos, dice así: «Se envió al Sr. D, Luis Gonnilli (negándose a ir Bonanni) con todos los documentos precisos a tomar posesión de San Félix; pero la obra de Dios siempre encuentra oposiciones. Monseñor Canali, obispo de Spoleto y luego Cardenal de la Iglesia, aunque piisimo y celoso, se negó a que tomara po- sesión, alegando que la Caja de las Escuelas no podía privarse de los 300 escudos, y que la ciudad ya había suplicado al Padre Santo en este sentido. Suponía el prelado que la toma de posesión obsta- culizaria también la instalacion de los jesuitas en Spoleto, donde, en caso de no ir éstos, desearía se