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el nombre de Pío VII (1800). Conocía perfecta- mente el Papa la psicología que iba dominando en la juventud... Sabía que desde los días de la revo- lución francesa, las ideas anárquicas del enciclope- dismo rebasaban los Pirineos y los Apeninos, y que era verdad lo que el mismo revolucionario Charal, dijera: «Cuando éramos niños, estudiábamos a Li- curgo, Solon y los dos Brutos, y los admirábamos; cuando hemos sido hombres, no pudimos menos de imitarles.>» En efecto, es difícil no practicar en la edad ma- dura Jo que se adoró en la juventud. Sabiéndolo los revolucionarios, trataron de establecer un plan de enseñanza que les asegurase el dominio de las almas jóvenes... El mismo Charal añadía: «Lo que se siembra se recoge... La instrucción lo hace todo.> Rabaut pudo decir: «Toda la doctrina de la educa- ción consiste en apoderarse del hombre desde la cuna y aun antes de su nacimiento...» (1) Como.con- secuencia de esto vino la enseñanza obligatoria y tras ella, o simultáneamente, la secularización de la enseñanza... Quedó decretada la exclusión de los sacerdotes de toda enseñanza y la supresión de la enseñanza religiosa... Los Reyes de Europa se reirían de las locuras de la revolución, como dice un historiador; pero la revolución impuso sus ideas, y cuando fueron acla- rándose las consecuencias.con los hechos, la risa (1) Sesión de 10 de Dic, 1792,

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