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LA PERLA DE LA HABANA Convento de Capuchinas de Santa Ana, Huesca JHS.—A. M. D. G. Mi amada Madre: Aunque el objeto de la presente es muy triste, por la pérdida que acabamos de sufrir, pero también me da ocasión para darles una buena noticia, que no dudo alabarán por ella a Dios nuestro Señor. El día 13 de octubre del año próximo pasado, en que recibimos la gratísima carta de V. R. con las dos foto- grafías del Santísimo Niño Jesús Cubanito y nuestra umadísima y santa Hermana Sor María Ana, teníamos enferma de algunos años a una religiosa joven llamada Sor Paulina Jiménez, y, según decía el médico, o no cu- raría o tardaría mucho tiempo en curarse. Esta religiosa, al ver las fotografías y oir leer la carta de V. R., que la leímos a toda la Comunidad, se encendió en tan grande deseo de curarse para seguir la santa observancia, y tuvo tan grande fe y confianza en que.Sor María Ana le alcanzaría esta gracia de Dios nuestro Señor, que dos días después, v sea el de Santa Teresa de Jesús, fué al coro, hizo la semana de hebdomadaria, a continuación los 15 días acólita, con una voz cual no había podido sa= car en algunos años; en una palabra, empezó a seguir A la santa observancia de día y de noche, ayunó todo el Adviento, ahora ayuna la cuaresma y sigue tan guapa y tan contenta que no cabe en sí de gozo por poder seguir en todo la santa Regla, que era el imán de sus aspira= ciones. También nosotras lo estamos de verla tan buena, fervorosa y tan para todo, después de estar consentidas en que iba a morir, porque estuvo viaticada, sin poder 4 tomar casi ningún alimento y otras cosas que anuncia-= ban casi cierta su muerte. Ella no tiene duda en que ha recibido esta gracia de Dios nuestro Señor por la in=

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