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HA DE AN E A RAIN 308 LA PERLA DE LA HABANA 1.2 Nuestra madre se llamaba Zoila, América, Ana Valdés de la Torre y Miquenes; era cubana, de padres cubanos y abuelos españoles; murió a la edad de 31 años, de tisis galopante, habiendo dejado 11 hijos cuando mu-= rió; la más chiquita murió unas semanas después que nuestra madre (*). Los hermanos y hermanas mayores estaban a pupilo, recibiendo su educación, y los más chicos estaban aún al cuidado de las niñeras. Creo debo decirle que nuestra madre recibió los san= tos Oleos, aunque parecía que estaba ya mueérta; unas tres horas después, nuestra hermana Regina quiso qui- tarle una cadena de oro con su hermosa medalla, que te- nía al cuello, para conservarla como un recuerdo, y notó que dió un gran suspiro después que la creíamos por muerta, así que esperamos que los santos Oleos los reci- bió en vida. (La medalla tenía un crucifijo de un lado, y por otro la Santísima Virgen.) 2.2 Orden de nacimiento: Candelaria es la mayor, y tiene 43 años. Regina, muerta a los 21 años. Leoncia, la que hoy es viuda de González Llorente, 41 años. Cle- mente, casado, 39 años. Manuel, casado; hoy en día está separado de su señora, 37 años. Porfirio, murió en Nue- va York. Adela (Sor J. del Monte Carmelo), 33 años. América, murio pequeña. Agustín, murió pequeño. An- gelita (Sor María Ana de Jesús). Ana María (Sor Maria de la Preciosa Sangre), 28 años. Enrique, soltero, 25 años. María de la Caridad, murió unas semanas después de la muerte de nuestra inadre. Nuestro padre es naci- do en Cuba, de padres españoles. (1) Con esto queda en su completa luz lo que hemos dicho en la nota primera de la página 19. Siendo 13 los hermanos, y habien do muerto dos, antes de ocurrir el fallecimiento de la madre, que- daron 11 a la muerte de ésta y no 9, pues sólo habían pasado a mejor vida América, que fué la séptima y Agustín, que la siguió.

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