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TN 254 LA PERLA DE LA HABANA ficar singularmente la memoria de su Sierva, jes la que sigue: Haciéndose la visita pastoral'por orden del señor Obispo, entre otras cusas, se creyó prudente cerrar—y cerraron—en una pieza, llevándose la llave, muchas co- sas de Sor María Ana, incluso el famoso Niño Jesús lla- mado cubanito. No hay que decir lo que sentirian las re- ligiosas el tener encerrado un tan rico tesoro, y la llave en poder de extraños... Jesús, pues, el cubanito que tan- tas maravillas había obrado con su Sierya, fué como en- carcelado... El acuerdo pudo tener carácter prudencial y provisorio... Las monjas, al ver encerrado al divino Niño y con tan severas disposiciones, no lo podian su- frir...; obedientes, empero, como era deber al acuerdo de los visitadores, tampoco pudieron hacer nada material para libertar al "prisionerito”, como ellas decían; pero, espiritualmente, suplicaban al santísimo Infante se pu= siese libre. La fe en aquel prodigioso Niño era ciega... ¿Cómo no, si eran testigos de una infinidad de maravillas que le vieron obrar?... Estando, pues, una religiosa oran- doa la puerta de la pieza donde estaba encerrado el Niño, día de Sábado Santo (14 de abril), al toque de Gloria en la catedral, se abrió la puerta sin que nadie la tocara... La religiosa, asustada de pronto al ver que se abría la puerta, echó a correr, pero, repuesta de la im- presión del primer momento, unió a las de otras Herma- nas sus voces de gratitud al poderoso Niño que dejó pa- tente la pieza y el tesoro que ellas buscaban... Unamos también nosotros las nuestras a las de aquellas religio- sas que Dios quiso consolar con este prodigio, con que quedó de algún modo confirmada la verdad de la histo- ria y premiada la humildad y devoción de sus tristes Esposas... Caso es éste que habíamos oído ya cumo 6cu- rrido en el día dicho, mas hoy lo vemos afianzado y

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