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SOR MARÍA ANA DE JESÚS 193 la Santa Faz (*). Aquella frase suavísima... «quiero pa= ra», sé traducía en sar mi cielo haciendo bien en la ti Sor María Ana: «Quiero padecer mucho para salvar mu- chas almas». La conversión de los pecadores constituye uno de los milagros más estupendos... Según S. Juan Crisóstomo, el convertir a un pecador es mayor milagro que la re- zurrección de un muerto... De suerie que tantos pecado- res como convirtió Sor María Ana con su oración y pe- nitencias, son otros tantos milagros que deben sumarse a los que en otro orden realizó... Los 700.000 indios que bautizó por sí mismo San Francisco Javier..., los 72.000 protestantes que convirtió San Francisco de Sales, di- cen mucho más en favor suyo que todas las maravillas de su poder taumatúrgico... Digo, pues, que donde de un modo singular se vió el poder de nuestra biografiada, fué en el remedio de las almas, sin que, por esto, olvidara el remedio de los cuerpos...; que si aplicables son a ella las palabras que se leen en la historia de muchos Santos, a saber: que vivió animarum celo incensa, y que murió plurimis ad meliorem frugem traductis; también le son perfectamente aplicables estas otras: ¿in proximorum salute procuranda qua orationibus qua voluntariis corporis cruciatibus omni denique conatu jugiter incu- buit, que en romance quiere decir: procuró con oracio-= nes y voluntarias maceraciones y con todo género de empeños la salud de los prójimos... Empero, en este capítulo nos hemos propuesto fijarnos solamente en los beneficios materiales que al poder de Sor María Ana le son debidos: unos que tienen carácter milagroso, otros de benéfica protección, otrus de intercesión amorosa... 'im>3 especialmente alos prodigios de Gallipolli+ (1) Nos refe en favor de su hermana María del Carmen, falta de recursos. 13 | Ml ' l |