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188 LA PERLA DE LA HABANA Concilio Vaticano dijo respecto a la religión: «Quiso Dios unir con los internos auxilios del Espíritu Santo las pruebas externas como argumentos de su revelación; esto es, sucesos divinos y principalmente milagros...» (*) Aunque sean gracias gratis datas, pero cuando se rea- lizan por un Siervo de Dios se concluye que su vida es pura, santa y digna de veneración... A lo que la Iglesia presta mayor atención es, precisamente, a los milagros qbrados por los Santos después de la muerte... Debemos advertir también que, en un sentido lato, llámase milagro a todo hecho admirable, singular y ex- traordinario, que asombra, sorprende y maravilla; mas en el sentido estricto el milagro debe superar las fuerzas de la naturaleza creada... Sin embargo, no se concluye de aquí que el milagro sobrenatural deba ser contra la naturaleza, porque como los misterios son sobre la razón: y nocontra la razón, de la misma suerte los milagros son sobre la naturaleza, mas no contra la naturaleza... Hay, no obstante, milagros contra naturam, como son los hechos portentosos que se realizan permaneciendo en el objeto la disposición contraria al efecto producido... Pero sean contra la naturaleza o sobre la naturaleza, todos los milagros convienen en que es una manifesta- ción sensible que no reconoce causa en las fuerzas cons- tantes de la naturaleza y supone una virtud superior, o, lo que es lo mismo, una actuación sobrenatural (3)... No vamos a refutar el error de los que niegan la po- sibilidad del milagro, fundados en la inmutabilidad de (') «Voluit Deus cum internis Spiritus Sancti auxiliis externa jungi revelationis sus argumenta facta scilicet divina atque in primis miracula.> (2) Los teólogos dan la distinción de los milagros contra naturam, supra naturam y praeter naturam. Hetinger ha dado la idea del mi- lagru diciendo que es en la naturaluza lo que el misterio es en el espíritu.

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