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CAPITULO XI LA GRAN INTERCESORA Ayuda del hombre. El ministerio oculto. Gravedad de las faltas. La poesía de las almas santas. La intercesora amable. ''Detente””. La conversión de su padre. Las almas elegidas. Profundidad del abismo. La solicitud de Sor María Ana. Revelación de una moribunda. Hermoso ejemplo. Un detalle apostólico. I La mujer es suplemento del hombre, tanto en lo espi- ritual como en lo temporal... Jesucristo asoció también a la grande obra de su amor a la mujer... Después, en lo largo de la historia, si han surgido bandadas informes de fariseos, escribas y sayones, que han vuelto a renovar el drama de la vida y pasión de Jesucristo, en el desarrollo de ese drama la mujer ha representado el papel de bue- na: unas veces, de madre que lleva los niños a los pies del Salvador; otras, de fiel discípula que oye las divinas enseñanzas dcl Maestro soberano; ahora, de amiga cari- fosa que obsequia en su casa al Huésped celestial; luego, de heroína intrépida que sube sin fatiga al Calvario del dolor para allí inmolarse, si es preciso, junto a la vícti- di DN

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