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SOR MARÍA ANA DE JESÚS 161 interior y afectiva, con una realidad y-verdad objetiva transcendente, que es el mismo Dios... Esta unión ínti- ma y real del alma con la divinidad es lo que constituye, en opinión de teólogos expertos, el hecho fundamental de la mistica cristiana, en la cual son accesorios los fenó= menos corporales: la suspensión de los sentidos, el éxta= sis físico, las visiones sensibles e imaginarias, las pala- bras interiores y, generalmente, cuanto se refiera al cuerrpo, y en él aparece durante la unión mistica; todo lo cual puede o no ir acompañado del estado fundamental, y, aunque vaya acompañado, puede ser muy diversa su causa inmediata (*). Como ya hemos visto, los fenóme- nos corporales acompañaban en nuestro caso a la unión mística... Lo mismo los neurólogos que los psicólogos positivistas, hablan de este asunto, ayunos de bagaje teológico y de ex- periencia personal... El estado mistico de unión en que conocimos a Sor María Ana, no tenía ningún parecido con los fenómenos psicológicos de grados o enfermeda= des cuya sintesis es el histerismo, ni con la teoría de la subconsciencia o automatismo supranormal (*) de Leuba W. James y Delacroix... Ni ensanchando el campo de la ciencia según sus teorías ni restringiéndolo, se podrá ex- plicar naturalmente lo que es un fenómeno sobrena= tural... Precisamente se ha llegado a adoptar la última teoría porque los fenómenos místicos de la unión no se pueden traducir ni por las teorías de la psicología anor- (1), Las teorías psicológicas modernas sobre los estados misticos en «Estudios franciscanos». Abril de 1913. 2) Dispénsenos el lector si aún traemos a cuento estas hipótesis fisiológicas y recordamos ese automatismo supranornal, sublimi- nal y transmarginal; lo hacemos con el solo intento de que no se nos considere equivocados en nuestras operaciones, dada la orien- tación de las ciencias y el desarrollo del campo de la experiencia. 11 Ñ ll [A AAPP

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