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SOR MARÍA ANA DE JESÚS 153 ciones y favores recibidos de Jesús por la B. Alacoque eran considerados, aun por muchos católicos, por iluso-= rios, y la devoción que trataba de recomendar, de ¿nven- ción temeraria... Pero, habiéndola oído, el P. Lacolom- biere acalló las voces contrarias, y el culto del Sagrado Corazón fué establecido, primero, en algunos conventos y luego se propagó por Francia, Polonia, América, In- dia, no sólo por el celo de los misioneros, sino por los milagros que Dios obraba, como ocurrió en 1724 en Mar- sella... Los incrédulos se rieron, los jansenistas opusie- ron a este culto argumentos semejantes al que los pro- testantes oponen al de la Sagrada Eucaristía, y otras personas lo calificaban*de inoportuno y temerario, lla- mando desdeñosamente cordicolas a los que lo abraza= ban con fe y devoción (*); pero, al fin, Benito XIV apro- bó el culto benditisimo al Sagrado Corazón del Rey de las almas por Breve del 28 de mayo de 1757... El docu- mento pontificio impuso silencio a los detractores cató- licos, pero no a los impíos y racionalistas..... Mas, antes de esta fecha, teníase en España culto es- pecial al deífico Corazón, pues en 1456 se celebró en el convento del Carmen de Valencia una fiesta poética en honor del Cor de Deu, y poco después el V. Juan Ague- sio, clérigo y poeta valenciano, compuso un breve devo- cionario en honor del Corazón de Jesús..... El corazón es considerado como el más noble órgano del ser humano; y por eso, ya desde antiguo, se conoce la costumbre de guardar como reliquia el de los personajes eminentes, después de embalsamarlo... Citemos el cora zón de Ricardo, corazón de León, conservado en Ronen... El corazón de S. Luis, en la santa capilla de París. Eb (1) Aguilar, «Histor. Eccl.», tomo 1, cap. IV.

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