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A A A A A CN o AA A A A ed dd det dir acdcaniz 140 LA PERLA DE LA HABANA los que andan en sencillez (*). La divina Madre se»con- vierte en Madre nuestra yes la Sabiduría que se da a las almas en medidas justas y forma los amigos de Dios (*). Busca por todas partes a las que son dignas de ella y les sale al encuentro con toda su providencia de Madre... Y, cuando forma su familia espiritual, enseña sin ruido de palabras, sin confusión de pareceres, sin fausto de exterioridades, sin alteración de argumentos, y hace conocer en el modo más secreto a Jesús, a cuya posesión deben aspirar los corazones jóvenes para vivir llenos de Dios y sin dar lugar a que el mundo, con pla- ceres y amores vanos, ocupe el cáliz delicado de su corazón..... Si en el cristianismo la gracia lo es todo, su soplo, su savia, su levadura, María es la Madre de la gracia. El plan del cristianismo, con todas sus armonías y sus profundas relaciones, reconoce a María como la clave de la vida sobrenatural... Por ella nos vino una vez el Salvador; por ella nos vendrá de nuevo y siempre al co- razón... Un día, nació de ella en Belén... ahora hará ella que nazca en nosotros por el amor... Al ser dulce Madre, es dulce soberana de la vida sobrenatural... Por eso hemos afirmado que entra a formar una bue- na parte de la historia de los Santos... Todos han sido hijos de ella, como hijos de la gracia y del amor. . Sien- do la gracia una fuerza creatriz de la virtud, sin María, Madre de la gracia, no tendrían más que la envoltura de la santidad... Conciba Arquímedes una palanca bastante poderosa para levantar el mundo, y Descartes el meca- nismo del universo, disponiéndose a crearlo con el mo- () Prov., 11-7, (*) Sap., VIL-27. NS
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