BCCPAM000R09-1-20000000000000

YA LA PERLA DE LA HABANA influencia lo mismo en la vida sobrenatural que en la vida natural. No nos damos cuenta de que para obrar sobre nuestra voluntad y sobre nuestras acciones debe lo sobrenatural, desde luego, hallar libre acceso en nuestro espíritu. Por no prestar bastante atención a esto, por querer hacer violencia al espiritu se yerran muchas vo- caciones y con las vocaciones se malogran muchas cele- bridades. Hay padres que empiean procedimientos má- gicos respecto al estado o a la profesión que haya de aceptar y seguir su hija. Ved aquí la más clara explica- ción de tantas desgracias y desaciertos. Entre las influencias del Espíritu Santo las más nu- merosas y mejores dirígense a la inteligencia. Por eso es preciso ilustrar las almas capacitadas con la dirección para que entiendan el querer divino. No es esto decir que la voluntad no tiene en esto par— te; por indispensable que sea la gracia para mover y di- rigir la voluntad, la iluminación del entendimiento por la luz sobrenatural no es menos necesario para conocer la vocación y seguirla. La vocación religiosa es una gra- cia, y la gracia se designa, con predilección, con el nom- bre de luz (*)y su efectu con el de ¿luminacio (*). La Igle- sia habla de la eficacia de la gracia diciendo que Dios, por medio dul Espíritu Santo, conmueve nuestros cora- zones (*) y que esa iluminación y esa solicitación del Es- píritu Santo son, precisamente, las que producen en la voluntad, con dulzura y bondad, el resultado confirmado por la gracia (*). Es necesario tener en cuenta esta en- () Joan I, 4 y siguientes; TIT. 19 y sig.; VII, 12; XII, 46. (2) Luc. J, 79; Joan 1, 9; Efes. I, 18. (*) Concil. Trid., sen 6, cap. V, Pío VI, Auctorem Fidel, 21. (%) Concil. Arausic 1, e. 7, según la Sab. VIII, 4.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz