BCCPAM000R09-1-20000000000000

2 LA PERLA DE LA HABANA tor. Bajo sus banderas de honor se alistaron multitudes ingentes y Asís fué convertido, en frase del Dante, en Oriente de nuevas conquistas y bienandanzas. La Orden seráfica ha superado a todas las otras en la formación espiritual de santos y de almas heroicas..... También la sierva de Dios Sor María Ana de Jesús pertenece a esa familia religiosa y bajo la sombra de la protección será fica se agigantó su espíritu como el cedro del Líbano, tocó con su frente las alturas más inaccesibles de la vir-— tud y del heroísmo. Es una más en el número sin núme- ro de siervos del Altísimo que San Francisco presenta a Dios como brote hermosísimo del gran árbol de sus fun- daciones. Desde que vistió el tosco sayo de capuchina, dejando sus blondas y suaves vestiduras de rico encaje, fué como el sol que tenía por fanales los ojos de Dios y no se apartó de su vista, ni un solo instante, la centelia resplandeciente de la voluntad divina. Sin embargo, hemos de empezar la reseña de su his- toria desbrozando el terreno lleno de preocupaciones que impiden admirar la belleza de su colosal espiritu. IU ¿Quién fué Sor Maria Anita? Dios ha permitido, como aconteció con otros santos, que nuestra ilustre capuchi- nita fuese tildada con las notas más feas y denigrantes. Tal vez se ha creído hasta en una impostura diabólica... Al oirse el rumor de las fecundas aguas que corrían por el cauce de su grandioso corazón, al notar las maravi- llas que de ella se predicaban y lo sorprendente e insó- lito de ciertas gracias por ella recibidas, alguien dejó escapar de sus labios lo que la incredulidad dice de las ocurrencias y sucesos sobrenaturales..... «Efectos de una herencia patológica, neuropática o psicopática», no; Sor

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz