BCCPAM000R09-1-20000000000000

SOR MARÍA ANA DE JESÚS 207 re regenerado o reengendrado por el agua y el Espíritu Santo, no podrá entrar en el reino de Dios (*). Y si al- guno dice que el bautismo es libre y no necesario, sea anatema, pronuncia el Concilio de Trento. No deja de ser un descuido punible ese de dejar pasar meses y me- ses sin que los niños reciban las aguas sacramentales y con ellas los fundamentos de la vida cristiana. El 24 de abril de 1893 fué confirmada en el colegio del Apostolado por el Excmo. Sr. Dr. D. Manuel Santan- der, obispo de la Habana, y parece que con aquella con- firmación llovieron a su alma todo el celo de los apósto- les y todo el ardimiento de los confesores. No fué varón para dedicarse a la propagación de la fe de Jesucristo de que tan llena se sentia desde la infancia, pero registra- mos hechos muy sorprendentes que dan la medida de este don teológico de la fe en ella. A los 9 años, según refirió ella misma a su Director, siendo por éste demandada para que dijese el hecho más significativo de su celo por la gloria de Dios, tuvo oca= sión de ir con su padre a la estancia o morada del repre- eentante del sultán de China (*). Antes de ocuparse del asunto que llevaba su padre, el fanático chino los llevó a su oratorio o lugar donde adoraba sus falsas divinida- des..... Era una riquísima pieza a manera de pagoda o capilla oriental... Las divinidades se ostentaban en lien= zos muy bien laborados y adornados... Allí, cubriendo la estancia, tapices, alli damascos, allí florones, etc. El chino presentó una especie de incensario para rendir (5) Joan., MT. * : (€) Aunque el hecho haya quedado desconocido para otros, no o debemos poner en duda, a pesar de su inverosimilitud, dado el roce que su padre tenía por as E chinos. ' I untos varios con representantes

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz