BCCPAM000R09-1-20000000000000

xvi LA PERLA DE LA HABANA del hombre, sino radicalmente distinto. Yo sé, y enseña la filosofía, que su alma no difiere en ningún predicado esencial o específico, ni en la perfección entitativa pro- bablemente, por más que sea distinta su organización corporal; y por otra parte, la mujer ha descollado en to- das las páginas de la historia por sus mejores aptitudes para dedicarse a Dios. No voy a recordar la pléyade de mujeres famosas que han desfilado por la historia y for- man el mejor y más brillante florón de la Iglesia. De la mayor parte de ellas podrá decirse lo que de la poética Judit dice la Escritura: «En todo era famosísima» (*), y como la madre de Tobías ha habido entre las Santas «Dechados de madres» (*), y como la reina Ester ocupa- ron los tronos mujeres «hermosísimas sobre toda ponde- ración» (*), y como la esposa mística de Salomón ha habido entre murados conventos «mujeres fuertes» (*), y en el mundo mujeres valientes como la madre de los macabeos que «en un corazón femenino llevaba un áni- mo y esfuerzo varonil» (*), y como cantó el poeta: si el hombre es breve mundo, la mujer es breve cielo. Que fuera mejor presentar biografías de hombres, cuyo ca= rácter y hechos prepararan una restauración varonil... ¿Pero es que hemos de relegar a un museo de olvidos historias femeninas de relieve sobrenatural? No dudamos que biografías como la del Varón de la Linde, por Ra- fael Valenzuela y Sánchez Muñoz (*), tienen su actuali- dad y actuación eminentemente social; pero ni conviene olvidar las unas ni despreciar las otras..... Todo libro es un tesoro de la humanidad..... Toda edificante historia es un espejo y una obra de purificación social. €) Judit VHT-8. (2 Tob. My X. (9) Ester 1-15. (4) Prov XXXI. (5) II Mach. VII. (% Apareció con prólogo del Cardenal Cascajares,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz