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SOR MARÍA ANA DE JESÚS xvu dificiles senderos de la dirección de las almas. Los des- engaños místicos de Arliol aportan un caudal no escaso de advertencias y doctrina sobre el tema; pero no hay que ladearse a ningún extremo..... Ni se puede negar todo, ni se debe afirmar todo. El apóstol San Juan, en la primera carta, al capítulo 4, nos da una regla prudente: Probate spiritus sí ex Deo sunt. Una vez hecha esta comprobación, es preciso afirmar lo que es afirmable. Es un error teológico, tan absurdo como pernicioso, la negación de la santidad en todo tiempo..... Spiritum No extin- nolite extinguere, clama S. Pablo (Tesal : Y Ú gáis el espíritu ni ceguéis las fuentes de la gracia divina. Omnia probate et quod bonum est tenete, añade: Probad todo y pasadlo por el tamiz de la doctrina sana; pero no nos empeñemos en que toda manifestación, por el mero hecho de ser maravilloso y sobrenatural, tiene que rele- garse a lo pasado. Jesucristo es siempre el mismo, y lo puede hacer hoy lo que hizo en otros siglos..... De hecho Jesucristo se manifiesta hoy tan rico, tan bueno y comu- nicativo con las almas escogidas, como en tiempos de mayor vigor cristiano. ¿Qué importa que sea una mujer o que sea una joven reclusa la privilegiada? ¿Acaso el ser mujer es un obs= táculo para ello? Pues Sta. Teresa de Jesús declara que ellas están mejor dispuestas para las comunicaciones con Dios. Ellas han dado a la historia de la mistica el mayor contingente de escritos y de hechos..... Parecen mejor organizadas para la vida del espíritu. No me importa conocer la opinión de Aristóteles sobre la naturaleza de la mujer (*), ni atiendo lo que D. Juan Valera afirmó de ella diciendo que su ser espiritual no le parece igual al 4) Libro IV, c. VI.