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LA PERLA DE LA HABANA comunica siempre luz y calor sobre las almas virgenes. 4 Si la virginidad es señal infalible de la Iglesia; si, se- 2 gún San Cipriano, la virginidad es en la Iglesia lo que la flor al capullo (*); si donde se halle una virgen está el E templo de Dios, según San Ambrosio (*), calcúlese cuán | hi embellecido aparecería el corazón de Sor María Ana ante la contemplación de los ángeles... Por eso la acom- pañaron los espíritus celestiales con la consideración y afecto que hemos visto, y lo veremos de un modo pro= digioso en el suceso que vamos a referir. Era el 11 de octubre de 1902, a las cuatro de la tarde, y testigos del caso fueron la Reverenda Madre Abadesa Sor María Francisca Cortina y Sor María Pilar Buchaca, Maestra de novicias... Poco antes de ponerse en camino para España, supo de la familia religiosa de que iba a formar parte el deseo me de tener un retrato antes de recibir el original. Obedien- M1 te y fina como siempre, accedió a estamparse en la 13 placa fotográfica y envió un ejemplar a Plasencia..... 1 Teníase este retrato en mucha estima desde que Dios se declaró tan magnífico en su Sierva. En dicho día, como wi estuviese sola la imagen de Angelita vestida de blanco, como emblema de su pureza, se rodeó de ángeles en for- ma sensible, viéndolo las dos religicsas citadas. Constata la Madre Pilar que veía clarísimamente el nmrovimiento de las cabecitas de los ángeles al colocarse, formando corona, en derredor de la imagen... Lo que entonces ps fué solo un fenómeno que se observaba encima del cristal que cubría la estampa fotográfica, se perpetuó en la misma fotografía, conservándose hoy aquella efigie (1) De habit. virg., €. 3. (2) De virginib., 2-4, 26.

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