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128 LA PERLA DE LA HABANA pone la afición de la criatura por el voto de la pobreza, porque el Espíritu Santo es quien inspira en las almas el desprecio de lo terreno y amor de lo celestíal. Entonces tienen realización acabada las palabras de Cristo: Man- sionem apud eum faciemus... Haremos morada ei, ellos. El Padre toma posesión de la voluntad para reclamar perfecta obediencia. El Hijo toma posesión del corazón para reclamar perfecta pureza. El Espíritu Santo toma posesión del cuerpo para demandar perfecto abandono y desnudez de todo bien material y transitorio. Es el triple lazo de unión de que nos habló la Escritura, que difícilmente se rompe... En Dios une las tres Per- sonas divinas una sola naturaleza. En la religiosa une sus tres votos una sola gracia, la gracia de la vocación; sin olla no es fácil llegar a un heroísmo semejante, y si se llega, no es fácil durar en el... Los que, como Eicken, hacen depender cl pensamiento fundamental de la vida sobrenatural de sus prejuicios panteistas o absurdos, no pueden comprender esta teoría de la vocación religiosa. Nosotros no tenemos nada que ver con tales prejuicios... Tenemos una enseñanza revelada, y sobre la base de di- cha enseñanza fundamentamos y levantamos el edificio de nuestras direcciones espiritualistas... Si la vocación es verdaderamente la flor de la vida cristiana, los votos son el fruto de esa flor. Fruto de perfección, cuyo término es la unión con Dios, la unificación posible y transcendental de la criatura con el Creador... que tendrá su corona= miento y consumación en el cumplimiento de las pro- mesas con que Jesucristo revistió ese acto de la emisión de los votos religiosos. Vitam aeternam possidebitis.

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