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ds CAPITULO X PRUEBAS DOLOROSAS Nada de histerismo. El gran combate. Sor María Joaquina. Se rompe el fuego. Ferviente coloquio. Casos raros. Escaleras abajo. Nuevos casos. Extraños aeroplanos. I De nuevo nos vemos precisados a recordar, al empezar este capítulo, que nos repugna escuchar a los sabios de hoy (si bien sólo en apariencia), que no comprenden en la santidad otra cosa que histerismo, neurosis, neuropa= tía, melancolía enfermiza, ''L” edoublement de la perso- nalité” y otras expresiones favoritas de la Fisiología mórbida (*). Hemos ya declarado nuestro pensamiento sobre esto, y entramos a tratar de las pruebas dolorosas de Sor Ma- ría Ana, con entera libertad de ciencia y completa segu- ridad de los fenómenos que vamos a estudiar. Pero no nos causará extrañeza de ningún género si, al leer lo que nos será preciso escribir, alguien formula sobre nuestra biografiada el calificativo que tanto nos repug- na: ¡histérical Se ensayó el considerar como tal a la (1) Véanse sobre esto a Benniot, «Le miracle et ses contrefa- 20n8»..., y timbién a Gombault, «L' imagination et les etats pre- ter naturals» (T. 1, pág. 115 y siguientes).