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| | e | | 716 ALMA PENITENTE finales obra como soberana, aunque luego, en la dura realidad de la vida y fallando el sentimiento como sedante y atractivo, enfriándose la razón, hace que el fracaso se presente inesperadamente. El sentimiento solo, no estando guiado por la ra- zón puede llegar a ser un mal relativo aún en estas cosas de la espiritualidad, mientras que la razón sola es demasiado filosófica para causar la felicidad del corazón. Seguramente que muchas niñas a la edad de nuestra Margarita tienen más sentimiento que ponderación de mente. Cuando se tiene el alma llena de flores y de armonía, no se piensa; mas cuando el dolor ha convertido en un árido desierto nuestro camino, cuando sólo se ven tinieblas y soledad dentro y fuera de sí, se pide la ayuda de la razón. Si a la par que el alma se eleva a las regiones del sentimiento, el pensa- miento caminase tranquilo por el sendero de la luz racional, aseguraríamos más nuestra elección en todo orden de cosas, y sobre todo en este or- den de la vocación, que con ser tan rico don, de- be mirarse si ese don se elabora en la fragua del amor divino para nosotros... La psicología humana se retrata en estas pa- labras de una mujer, María del Pilar Sinues: “Cuanto más se siente, menos se piensa”. El que ama, en el anhelo de estar constante- mente al lado del objeto de su amor, por el ex- ceso mismo del sentimiento, se ve como privado