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A PP A A A genes sa ss a 62 PUREZA DE ALMA Aquella joven de 18 años que contaba enton- ces, tuvo, no obstante su cariño a la pureza, un período de prueba que le intranquilizó no poco. También la naturaleza trataba de abrirse paso para enseñarle sus secretos, y golpeaba a las puertas de su alma para que atendiera sus reque- rimientos ... Turbábase Margarita como una flo- recilla sobre su tallo de esmeralda al soplo del viento. “No sé que es esto que siento, me solía decir, Jesús me habla de pureza y siento algo que me da miedo pensar... ni aún para declararlo en confesión quisiera atender a estos pensamien- tos... que me horrorizan.” Con este motivo aumentó su vigilancia y se propuso mortificar su cuerpo con asperezas... Aunque siempre era trabajadora, redobló en aquella ocasión sus ocupaciones corporales a fin, de someter la carne a la ley del espíritu. Sus ocu- paciones eran: bordar y pintar cortinillas y cubre- copones para los Sagrarios. Su buena madre, tes- tigo perenne de lo que hacía su hija, nos dice que “no perdía un momento, que no podía estar sin hacer algo y que no comprendía cómo había per- sonas que se aburriesen, que a ella le faltaba el tiempo”. En medio de la lucha moral que sostenía, ex- clamaba: “Oh Jesús mío, por indigna que yo sea de tanta merced, concededme la gracia de amaros tanto como sea capaz de hacerlo una criatura.

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