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Iv moraba El y desde el cual atraía las palpitaciones y del corazón de la privilegiada joven y cautivaba por entero, divinizándolos, los afectos de Mar- garita: el tesoro estaba oculto y bien guarnecido ¿cómo sacarlo a luz? La poderosa inteligencia de su hagiógrafo halló traza para superar la di- ficultad gallardamente. Puestas delante las lin- disimas y numerosas composiciones poéticas es- critas por la angelical Margarita, y renovando la memoria de cuanto en espirituales coloquios y cuentas de conciencia oyó de sus labios, con tal acierto ha sabido tamizar cada palabra por el cedazo de su ingenio, y con tal exuberancia de agudas observaciones exprime el ardor seráfico que les dió origen, que, sin duda ninguna, consi- gue dejar patente al mundo la virtud extraordi- naria de aquella alma que, de la cuna al sepulcro, pasó prendida al pecho adorable de nuestro Di- vino Salvador. Por lo expuesto juzgo que será de innegable conveniencia la publicación del libro a que me re- fiero en estas líneas. Con todo, V. R., con mayores luces, decidirá según lo tenga por mejor. Beso humildemente la mano de V. R. y me es muy grato repetirme su afmo. hijo en nuestro S. P. San Francisco. ED A P. Pero M. pk ARECHAVALETA, O. M.C.