BCCPAM000R09-1-03000000000000

a FLOR DE AZUCENA 37 Queremos llamar la atención de la juventud femenina sobre este detalle tan característico en la vida de Margarita: el amor entrañable y de amiga... que tenía a su mamá. Profesaba por ella una ternura tal que la pre- fería a toda compañía; no tenía más amigas real- mente que su madre, con ella hablaba, con ella jugaba, le acompañaba en sus oraciones y visitas, en sus excursiones y viajes. Sus más puras al?- grias las gustaba en el regazo maternal. ¡Qué di- ferente generación la que constituye esa otra ju- ventud que aunque no deje de sentir gran ternura por sus madres, estas constituyen su “carga pesada” en las reuniones, visiteos y paseos mundanos! Las niñas de hoy carecen de ingenuidad para con sus madres. Quisieran vivir a espaldas de ellas, máxime cuando ellas son lo que deben ser. ¡Confidencias! ¡ay! La inocencia ausente de los corazones juveniles no puede intervenir en estas dulces confidencias. La madre es tal vez la últi ma que se entera de los secretos del corazón que guardan sus hijas... Aquella máxima que dice “desconfía del pensamiento o del afecto que no quieras comunicar a tu mamá” es de total actua- lidad. Las niñas de hoy con nada se divierten menos que con sus madres. Es que las niñas de hoy no son “flores de azucenas”. A la edad en que conecta nuestro conocimien-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz