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PA FLOR DE AZUCENA 31 Viven engañadas por los “falsos colores”, a la conquista de un amor que suele ser fugaz. ¡ Ay, qué pronto conocen muchas jóvenes que “logran vencer” que aquel a quien entregaron su vida no merecía tan sublime don! Eso de descastar o corromper el espíritu cris- tiano por una conquista mundana no deja de ser una ilusión y un grave peligro. No digamos que todas las jóvenes y que todas las madres deben de ser como Margarita y su mamá, pero nadie puede reprochar la sabiduría de éstas. Toda madre debe aconsejar a sus hijas estas cuatro cosas: —No hagas sufrir ni a un mínimo tallo de sensitiva. —No cortes tus alas de oro que se te dieron en el bautismo. —Tu corazón sea urna que guarde un poco de la piedad de Cristo. —Huye el peor de todos los cansancios, ¡el terrible cansancio de ti misma | A A AAA re