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13 re a LEA AU ARA a 28 EDUCACIÓN No obstante, Margarita leía de vez en vez au- tores cuya seguridad fuese. cabal y reconocido su mérito. Era en todos sentidos una joven “pen- sadora” y “reflexiva” además de que poseía una mentalidad vivaz con un corazón de oro, En el colegio, por su talento, aplicación, y aprovecha- miento ganaba los primeros premios y diplomas, mereciendo de sus profesoras beneméritas en la educación de la juventud, grandes elogios y sobre todo, un cariño que acrecía con la edad y con la conducta de Margarita. Aparecía siempre en los Cuadros de honor. Aquellas gotitas de sus pe- queños pensamientos se hicieron veneros, arro- yos y al fin trocáronse en río aurífero que corre por las lindas composiciones poéticas que nos de- jÓ su pluma empapada en luz y en color de amo- res y elevaciones sacramentales. De estas poesías nos ocuparemos en otro lugar. Los que conocíamos a Dña. María Saracho ya Margarita decíamos que no vivían de'ideas sino de ideales. Eso que en la pedagogía moderna se llama “crear ideales en los jóvenes” está muy lejos de ser lo que fueron sus ideales. Los idea- les que se enseñan a la actual juventud no son para santidades ni elevaciones sino para ca- tástrofes que dolorosamente repercuten en toda la humanidad. Después de todo, se me dirá que no todos hemos de educarnos para vivir en los altares.

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