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OAMI AMOR CAPITULO II LA EDUCACION DE MARGARITA Las dos llamas. — La sociedad de los ángeles. — Prudencia cristiana. — Cabecitas locas. O quisiéramos adular a la madre al pa- negerizar a la hija, pero ¿acaso la gloria de los hijos no redunda en la de los padres? Y al revés: ¿Acaso la gloria de los padres no esmalta y glorifica a los hijos? La adulación no puede hacer mella en almas grandes que saben la vanidad de todo lo que no viene y lleva a Dios. La ilustre madre de nuestra Margarita había dicho muchas veces en su cora- zón lleno de unción: “Señor, todo por ti y todo para ti”. ¿No habían de ser para Dios sus hijos? Por eso hemos dicho que la educación de Mar- garita fué para Dios. No sabemos si alguna vez entró en los planes de los progenitores de Margarita la preparación de una posición social para sus hijos. Lo que sa-

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