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FLOR DE AZUCENA 233 amigas fervorosas que estaban bajo nuestra di- rección espiritual. No escribiriamos estas páginas si la gloria de la verdad y de la historia no nos lo demandaran. En la capilla de las Siervas de Jesús de aquella ciudad gallega se celebró la pri- mera Hora Santa Eucarística juevista, y de allí como de una cálida y amorosa cuna se extendió la obra por todo el mundo. Cuando en 1912 lle- vamos a Zaragoza los primeros fuegos de entu- siasmo ya existían los jueves eucarísticos en Ma- drid, en Tarazona, en Cintruénigo y otros puntos. Establecimos el cuartel general bajo la égida de la Virgen del Pilar en 1912 en la esperanza de que la Santísima Virgen querría sostener nues- tra obra contra viento y marea, y porque necesita- ba un nuevo estímulo y organización nueva para su desarrollo. La devoción favorita tanto de la condesa de casa Bárcena como de su hija fué desde la fecha de la fundación, esta “conmemo- ración agradecida” y “reparación amorosa” de los jueves eucarísticos. Guiados por esta devoción, madre e hija llevaron por nuestro encargo la re- presentación de la obra al Congreso Internacional de Malta en abril y mayo de 1913, Ellas fueron las que en Roma y Malta hablaron de la Asocia- ción juevista y lograron del Excmo. señor Alma- raz, Arzobispo de Sevilla entonces, que propusiera como una conclusión al Congreso, la devoción de nuestros jueves.