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FLOR DE AZUCENA 221 “« recer de ella mayor pureza de pensamiento y “- de afecto. Quisiera cantarle sin rima y sin len- «“ guaje... La palabra entorpece mi sentimiento, no le deja aparecer lo que es...” Dicen que lo que bien se siente bien se expre- sa; filosóficamente encontramos deficiente esta afirmación. Muchas emociones y hasta pensamientos meti- dos en la rima y apretados en la palabra se que- dan como encarcelados. Pierden color y vibra- ción, como perdería fuerza y viveza el mar en- cerrado en un cauce que lo metodizase. Hay cosas en el alma para las que la palabra carece de sonoridad y armonía. Creemos a fe de filósofos que las grandes emociones y los hondos afectos son magníficos mientras escapan a la li- teratura. Cuando el hombre con su lenguaje ma- terializa los sentimientos modulando o rimando expresiones para representarlas, pierden en in- tensa emotividad lo que ganan en formas plásti- cas, o en sonidos vulgares. De modo que la observación de Margarita está en su punto y prueba que su alma era tan com- prensiva como emotiva. Arturo Mañe escribió: “He pensado descubrir en espíritus silenciosos y contemplativos mayor contenido poético que en aquellos artífices simétricos que cortan y pulen con reglas académicas la frase sonora”

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