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FLOR DE AZUCENA 211 “* dre del Hijo, la purisima esposa del Espíritu “Santo?” Estas páginas están escritas, dice la señorita Herreros, más que con la pluma con el cora- 200 > Para mí en ellas chorrea y se derrama toda la exuberancia de la poética esencia del alma de Margarita. “Bien puede decir en otra forma : “Angeles que rodeais el trono de la reina de mi corazón, des- cended a este triste destierro y recoged los sus- piros de mi alma enamorada por esa criatura arrebatadora, vestida del sol, la luna por escabel de sus plantas y una misteriosa corona de doce estrellas sobre su cabeza. Decidle a esa Inmaculada paloma mía que mi amor es para ella, que mi vida es para ella, pues le está consagrado mi corazón. ¡Oh mi corazón! Lle- vadlo Angeles Santos y Serafines ardentísimos, llevadlo a María Inmaculada para que presen- tándolo a su bendito hijo mi Jesús, nuestro único encanto, y recibido, lo ponga junto al suyo para que los dos se unan y fundan en uno solo como dos gotas de agua o como dos gotas de cera al fuego...” Como primer punto de esta devoción fué su voto de virginidad, su consagración como es- clava de María, su amor al hábito del Carmen y sus homenajes constantes de admiración y ca- riño a la Inmaculada ... Ya hemos dicho en otra 15 h e ñ E! E Ñ E