BCCPAM000R09-1-03000000000000

196 ARPEGIOS EUCARÍSTICOS grama de un corazón rico y hermoso se bordaban arpegios maravillosos que se tendían en el am- biente, elevándose luego como notas aladas hacia el cielo del amor divino. Margarita era artista como queda dicho, pero su arte tan expresivo estaba especializado en el taller del alma y en el horno caldeado de sus apasionados amores por Jesús Sacramentado, ... Dueño mío, copiar en mí tu vida... Sagrario, cruz, amor”. Margarita era artista de la vida, reflejando las bellezas espirituales de la perfección; pero era también artista del ritmo y de la música porque su espíritu, que era todo musicalidad, vibraba na- turalmente en cuerdas sencillas, pero sobre todo vibraba sobrenaturalmente por la gracia de Dios. Su alma melódica gustaba de bellas piezas musi- cales y las ejecutaba con primor raro, aplicándo- les versos religiosos, dándoles el alma que ella po- seía o que tomaba de los salmos u oraciones de la liturgia eclesiástica. Era corriente encontrar sobre su piano par- tituras eclesiásticas, y aún de tal modo consagró su arte a Jesús Sacramentado que no gustaba ya ejecutar otras piezas que las eucaristicas... Después de la comunión decía muchas veces: “Vamos a dar un concierto a Jesusito”, y empe- zando por “Pangue lingua” y “Tantum ergo” eje-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz