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190 ESPOSA ENAMORADA teniendo muchos vasallos, coronados de rosas, acogedores; pero olvidan que para el hombre hay tres clases de mujeres según decía Garret: las que se admiran, las que se desean y las que se aman. E Mas no olvidemos en este capítulo un detalle que dice más que muchos libros... El éxtasis eucarístico de Margarita llegó a un extremo que nuestras niñas son incapaces de con- cebir. Aquellos ojos profundos, aterciopelados, ojos negros, pálidos, hechos de minerales deslum- brantes, vivos y grandes que miraban con ham- bre espiritual la divina Hostia, alumbraban y veían menos que la fe de su alma ardientemente enamorada, Aquella fe veía mejor que los ojos, y compren- diendo lo que vale la realidad de la presencia sacramental, no pudiendo dar otra cosa mejor después de haberle dado el corazón, forma el proyecto de hacer para la Hostia pura un trono en relación con la fe, ¿Cómo? Margarita en unión de su madre ha resuelto consagrar a Jesús todas sus joyas y con todas ellas ha mandado labrar una Custodia en la que apareciera brillan- te y soberano el Rey de los Sagrarios. Sí, el amor es generosidad, es adoración, es sacrificio, y estas dos almas fuertes, blancas y hermosas, con todas sus joyas materiales hicieron una custodia que todavía se conserva en la parroquia de Santa María de Vigo.

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