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PUREZA DE ALMA 173 la última comunicación de conciencia seria y honda nos hizo en Tudela cuando en 1912 en compañía de su madre nos visitó sorpresivamen- te. Ni aún su misma mamá conoció el objeto de aquella comunicación íntima. Después de esa fecha... sólo por cartas trató sus cosas del alma, y cuando por, asuntos varios pudimos ir a Madrid, si por ventura se hallaba ella en la Corte, a donde no trasladaron su resi- dencia hasta 1915. Sólo sabemos que sufrió harto en aquella es- piritual tribulación de escrúpulos y ansiedades que le hicieron escribir en 1917: SÁLVAME, SEÑOR, QUE PEREZCO En tempestad deshecha cual frágil navecilla muy lejos de la orilla surcando voy el mar. En noche obscura y triste retumba airado el trueno y en mar de escollos lleno me temo naufragar. Salvad el alma mía Señor que yo perezco. Bien sé que no merezco tu gracia y tu favor.

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